Tener capacidad crítica puede ser, en realidad, una tortura. No se trata sólo de hacer análisis, destreza que medio se intenta estimular en los planes de estudios de este lado del mundo. Por el contrario, el análisis es un estadio intermedio en ruta hacia la síntesis, hacia conectar los puntos y sacar la figura. Esa capacidad, en muchas ocasiones, tiene tanto de don como de carga. Para muestra, una elección. Hace un mes, (bueno, unas cinco semanas) yo me juraba votando por la opción que me parecía que honraba más y mejor los principios de la equidad y de la justicia social. Y, de repente, ¡pum! Una alerta de "posers" me encendió la luz de precaución. Así, comencé a pensar que no me era posible secundar opciones que de pronto, con el afán de sacar votos, agrupaban personas cuyo discurso ahora es de "izquierda" porque está de moda y quieren (una vez más) jugar de interesantes y distintos. No, no, no. Las cosas se demuestran, no se declaran, y es imposible tra...