Para mi madre, cuyas alas han volado ya 70 calendarios, y para todas las mujeres adultas mayores: mujerones y señoronas que con demasiada frecuencia olvidamos siquiera mencionar en el Día Internacional de las Mujeres. Hoy es 08 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, y aunque la fecha nos llama a reflexionar en plural - pues las mujeres somos tan diversas como nuestras luchas -, voy a escribir en singular para hablar de mi madre, luchadora de vida, y quien en días recientes sufrió en carne propia discriminación y violencia por ser una mujer adulta mayor y por "atreverse" a soñar con una comunidad mejor. Mi madre tiene 70 años - los cumplió hace dos meses - y casi 15 de pensionada, pues se jubiló por el régimen del Magisterio para cuidar a mi abuela en último año de vida. No obstante, lejos de retirarse o de convertirse en una persona inactiva, mi madre - Doña Rosa, como suelo decirle - ha procurado mantenerse activa en actividades comunales, académicas, laborales por ser
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