De burbujas rotas y cavernas selectivas


Un amigo me compartió  hoy un artículo que habla de cómo la publicación de la encuesta CIEP de ayer 23 de enero - y, en general, el panorama electoral actual - le había abierto los ojos al autor para revelarle la Costa Rica reaccionaria que no está acostumbrado a ver. Así, aunque el texto está bien escrito, tiene varias falacias medulares en su razonamiento que, aunque en la superficie aboga por dejar de lado la petulancia, termina por ser una oda a su refuerzo.

Luego de una catarsis predeciblemente yoísta, el texto invita a sus lectores - integrantes también de la marfilesca burbuja - a no usar el término "cavernícola" para referirse a los segmentos electorales que apoyan a las dos tendencias punteras (RN con Fabricio Alvarado y PIN con Juan Diego Castro). Sin embargo, al mismo tiempo, hace una distinción entre "quiénes hemos logrado salir del pensamiento secuestrado" y quienes no - cualquier confusión con el mito de la caverna del arrogante Platón debe ser mera coincidencia - e incluso se endilga la potestad de dar  consejos (bastante condescendientes) sobre cómo tratar a esos que, aunque no llama de ese modo, plantea como el populacho devoto aún no iluminado por los ilustres "delfines" que leen y escriben en ese espacio.

Aún más contradictoriamente - como el hámster en la rueda - el artículo plantea que las/os evolucionadas/os mentales ya lograron superar la etapa de ser víctimas de un sistema de pensamiento basado en la fe; paradójicamente, no se percata que el argumento empleado en ese punto es una contradicción en sí mismo porque la fe ciega no aplica exclusivamente a los credos y, por el contrario, la fábrica de dogmas de todos colores y sabores está a la orden del día cuando se acuñan lemas como "el amor gana" para reforzar una oposición binaria (amor/odio) tan perniciosa como la cual contra la que supuestamente se lucha, lejos de buscar su deconstrucción por la vía de la reconciliación y del diálogo (muy distinto al monólogo petulante de la condescendencia).

No sé, yo no acostumbro leer ese espacio y me daría gran vergüenza preciarme por escrito de vivir en una burbuja. Además, personalmente prefiero a quienes abiertamente reconocen sus prejuicios que a quienes los barnizan de intelectualidad para venderlos como humanismo pues, como dije recientemente, creo que cualquiera que use (o piense en) términos como "chusma", "plebe" o "populacho" automáticamente pierde la careta y se revela como clasista (engañada/o también, probablemente). Y qué pena pero todos los "-ista" de segregación - ya sea clasista, sexista, racista o etarista - son igualmente discriminatorios y arrogantes.

En conclusión, que Tatica Dios nos agarre confesadas/os porque - al estilo Trump vs. Hollywood - nos esperan años de berreo chic hasta el copete si gana alguno de los dos o tres actuales punteros de las encuestas por lo que termina una por preguntarse qué será peor: un facho con autoridad justiciable en el entramado institucional o las leguas de lamento narcisista y trapos sucios para desestabilizar que nos espera leer y oír durante los años venideros.

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