El gran Munguía

Munguía
(1976-2020)

Hoy miércoles 08 de abril de 2020 nos hemos enterado de la partida del gran artista nacional Francisco Antonio Munguía Villalta (24 de mayo de 1976 - 08 de abril de 2020) y quien no sólo destacó por su reconocida obra plástica - pintura, escultura, caricatura y muralismo - sino principalmente por su carácter de crítico social, activista por los derechos humanos, activista por los derechos de los animales, y voz independiente y valiente contra la corrupción y las imposturas.

A sus 43 años - tan joven para partir que hasta desgarra pensarlo - Munguía nos deja un legado pionero en Costa Rica sobre el valor del arte como motor de transformación social pues su obra es un verdadero acervo de educación popular cuyo proceso creativo - como bien apuntaba Adriana Collado, curadora de su exposición 2018 "Los murales de la gente" en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo - no sólo se hacía para la comunidad sino con ella, pues Francisco se encargaba de que la raíz de sus murales fuera el diálogo con la gente del barrio, lo que a la vez blindaba sus creaciones contra el vandalismo pues la comunidad se convertía en dueña y custodia de ellas.

Muestra del proceso creativo de Munguía con la comunidad como coautora 

Defensor acérrimo de la justicia social, Munguía luchó por erradicar la discriminación incluso contra quiénes no tienen voz para expresarse. Así, en 2009 creó su famoso conjunto escultórico "Monumento al Zaguate" para honrar al perro cariñoso, fiel y anónimo pero tan maltratado y abandonado que con frecuencia su fragilidad es presa de la perversión y del abuso, o de la hipocresía de tantas/os que "apoyan" la adopción pero luego compran mascotas - como si los amigos pudieran pagarse - para lucir en fotos rodeados de lujos.






Pero Munguía no sólo defendía a los animales urbanos - perros y gatos "de la calle" - sino a la biodiversidad completa, pues su denuncia gráfica también buscaba subrayar la indefensión de la flora y de la fauna a manos de la especie humana, y del planeta entero como víctima tanto de sus mercenarios como de quiénes - más recientemente - se enriquecen con discursos verdes que en realidad son plataformas para promover su propia marca y/o el consumo de bienes de élite etiquetados como ecológicos.





Mención aparte merece el hecho de que Munguía nunca calló - ni cayó, tampoco - ante la corrupción de la clase política, la cual señaló sin miedo tanto por el desfalco al bien común como por las imposturas "progre" pues ¡quién más que él para encarnar la diferencia viva entre la pose "progre" y el verdadero "progresismo".






Específicamente, su denuncia de la impostura "progre" del gobierno actual nos regaló decenas de sus valiosas caricaturas políticas "Pantys" que, desbordadas de verdad, nos relataban los evidentes dobles - triples, cuádruples, etc. - discursos del mandatario Carlos Alvarado, a quien dedicó su agudo personaje "Presidente Picarito".



Así, clarísimo en su conciencia de clase y en su compromiso con la causa trabajadora - de la cual fue orgullo pues había nacido en la Colonia 15 de Septiembre - Munguía no dudaba en apuntar también a la hipocresía de las agendas "inclusivas" que sólo defienden a determinados colectivos mientras rechazan sin pena a otros menos "fashionable" con su clasismo abierto.




Por esto y más, hoy despedimos con lágrimas a Francisco Munguía Villalta, grande sin proponérselo y experto en dar voz a quiénes no la tienen o no se les permite expresarse pues si bien su talento era natural y su formación fue de ceramista en la Universidad de Costa Rica, su legado emancipatorio es simplemente tan innegable como invaluable.

Hasta siempre, Munguía. Seguiremos, como hasta ahora, compartiendo en nuestras lecciones y espacios su arte siempre libre y nunca de siervo menguado y el cual será referencia obligada cuando nuestras/os estudiantes busquen genios y crean que estos sólo se dan en otros lugares o en otras épocas, pues agradecemos a la vida haber podido conocer en tiempo real su obra.

Abrazo fuerte para su familia, humana y no humana, a quiénes mantendremos presentes, al igual que a las causas que usted defendía.

Y descanse en paz, Maestro.   

Hasta siempre, Maestro.
Escuche el podcast de esta semblanza en:

https://anchor.fm/rosemary-castro-solano/episodes/El-gran-Mungua-ecip1p

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