En palabras de Cantinflas


Dice el  Protocolo  para  Atender  la  Violencia  Política  contra  las  Mujeres (INE, 2016) que el término se refiere a “acciones  y  omisiones  basadas  en  elementos  de  género  y  dadas  en  el marco  del  ejercicio  de  los  derechos  político-electorales,  que  tengan  por  objeto  o resultado  menoscabar  o  anular  el  reconocimiento,  goce  y/o  ejercicio  de  los  derechos políticos  de  las  mujeres”.


La portada de La Teja de este sábado 15 de enero, que presenta a la candidata socialcristiana Lineth Saborío caricaturizada como Cantinflas en virtud de su desempeño en el Debate Nacional TSE de esta semana, parece ser una acción sesgada del Grupo Nación, pero dista de ser violenta e irrespetuosa, pues es sabido que quien decida entrar a la arena política -independientemente de su sexo o género- debe estar abierto a la crítica, incluso si esta es de naturaleza caricaturesca (y todos recordamos cuando en 2013 ese mismo diario, La Teja, presentó al actual candidato PRSC, Rodlofo Hernández, como El Chavo del 8 tras su ambigüedad en torno a sí renunciar o no a la candidatura de su entonces partido, PUSC).


Aún más, la nota que el periódico adjunta en su interior -escrita por unA periodista, Rocío Sandí- no manifiesta ningún signo de violencia política en virtud del hecho de que doña Lineh sea mujer y, por el contrario, realiza una consulta (incluso con paridad en las personas expertas consultadas) tanto a una filóloga como a un politólogo para saber si la respuesta viralizada de la candidata en el Debate Nacional TSE es, en efecto, una muestra de cantinfleo (punto en el cual ambos expertos concuerdan).



Luego, la respuesta de doña Lineth de usar la carta de "ser mujer" para excusar falencias como falta de concreción, frases hechas, ambigüedad, inclusión de propuestas ya desechadas por el equipo de campaña, etc. es manipular la lucha feminista y, peor aún, sin nunca haber participado públicamente en ella, e incluso haber guardado silencio cuando, durante su tiempo como pre-candidata o candidata, otras mujeres de la arena política han sido atacadas, no por falencias evidentes de retórica y de argumentación como en su caso, sino por las posiciones públicas que valientemente han decidido adoptar.



Sí, porque no es posible dejar de subrayar lo "llamativo" de que la candidatura de doña Lineth sólo hable de "estigmas y de violencia política contra las mujeres" cuando es ella quien recibe las críticas y/o para "solidarizarse" con la ex-mandataria Chinchilla (a quien recordamos por su estilo machista aunque ahora, que está de moda ser feminista, abrace la causa de equidad), pero nunca antes se haya manifestado en casos de escarnio contra mujeres politicas, como ha sido la continua persecución, incluso de 2021 a la fecha, contra la diputada socialcristiana María Inés Solís, la Defensora Catalina Crespo e incluso la diputada Nidia Céspedes del PNR, ridiculizada a más no poder en medios y en redes. ¿Por qué entonces, ya siendo pre-candidata o candidata, doña Lineth ha callado sobre la violencia política contra estas mujeres y ahora sí esgrime dicha bandera? Urge que nos dé esta respuesta.


Y urge también que esta vez lo haga sin ambigüedades que luego busca recubrir con causas de equidad para blindarse; como también es urgente que nos diga, dado que el actual panorama político la configura como probable ganadora -vista la pésima candidatura que presentó el PLN y el hecho de que los otros contendientes con posibilidades tienen, todos, una letra escarlata que les impediría ganar en un balotaje- si ante la crítica piensa refugiarse en el victimismo por ser mujer, al estilo de las figuras políticas del PAC quienes han llegado incluso a extremos del ridículo, como cuando Carolina Hidalgo solicitó un acto de desagravio en el plenario porque, siendo presidenta del Congreso, los diputados Muñoz (PIN) y Villalta (FA) le pidieron que prestara atención al trámite de las mociones de su tan defendido plan fiscal.

Como dice el manifiesto feminista -nótese, no generista- suscrito por 26 mujeres en España el #8M de 2018, las mujeres no nacemos víctimas. Sin embargo, en los últimos años y en especial después del surgimiento del movimiento #MeToo en Hollywood y la narrativa tipo Lobos vs. Caperucitas instalada en el imaginario –ver columna de Elvira Navarro sobre el victimismo en el #MeToo y la censura  a las mujeres que disienten de suponerse siempre víctimas- el discurso predominante en los medios y en la política ha promovido una corriente de pensamiento que presenta a las mujeres como víctimas por definición, olvidando con ello que el victimismo es un estado psicológico que conduce a la parálisis y que, muy por el contrario, las mujeres no estamos dispuestas a perder la libertad, conquistada a lo largo de un siglo de lucha, porque ahora nos quieran en pose perenne de damiselas en peligro o de damas sensibles, ambas listas a ofenderse por el más mínimo mal modo y/o palabra altisonante.

Como dice Simona Levi en su artículo de opinión “Victimismo y feminismo” (2021): por respeto a las víctimas, debemos erradicar el victimismo de las luchas. En particular en la lucha feminista, el feminismo victimista rebaja a las víctimas y, por tanto, no es ni emancipador ni transformador pues se apoya en una falacia absolutamente aceptada por el patriarcado como es la afirmación de que las mujeres solo importamos socialmente cuando se nos presenta ofendidas, humilladas o irrespetadas, incluso por acciones que, como en este caso, no se originan en el hecho de ser mujer. Flaco favor le hace a la condición de las mujeres en la sociedad costarricense perpetuar ese rol de víctimas y, peor aún, viniendo (supuestamente, pues más parece un pseudo argumento ideado por su equipo de campaña) de una mujer pionera en dirigir una policía judicial en el continente americano.


Luego, quedamos atentas y atentos entonces a saber si doña Lineth piensa desde ahora sacar la VictimCard para refugiarse ante los señalamientos, pues en el imaginario colectivo costarricense ya esa cuenta está en números rojos, así que es bueno saber desde ahora qué nos espera si resulta electa pues, en palabras de Mario Moreno “Cantinflas”, “Ahí está el detalle”; (título de su película más célebre y cuya traducción al inglés, “You’re missing the point”, no podría ser más apropiada para este caso).

Para escuchar este episodio en versión podcast: 

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