Misteriosos son los caminos
Mi madre, quien el 28 de febrero fue degradada por alguien sin CV ni trayectoria que en público le gritó "Inepta" y le cuestionó su carrera y capacidad (peor aún, ante la mirada permisiva de gente habituada a callar injusticias), ayer 23 de abril fue invitada a celebrar el Día del Libro en una escuela donde fue recibida con alegría por 130 niñas y niños que la invitaron a volver.
Pues, como le dije en la noche: doña Rosa, la vida a veces nos da lecciones que apenas percibimos y a usted acaba de enseñarle que ser rechazada por el pus amargo es más bien halago, en especial cuando luego se siente el cariño cálido de corazones limpios.
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