Cambio y fuera
Febrero 2011. Hace un año tuvimos elecciones nacionales y, quienes resultaron electos, ya tienen nueve meses (toda una gesta) en el poder. Por ello, y porque este mes ha sido particularmente alarmante en materia institucional del país, me propuse recoger algunos cortos (cuasi cortos circuitos) que nos deja el mes que ya prácticamente termina. En primer lugar, propios y extraños hemos terminado de constatar que el Estado costarricense está herido de gravedad. Esta tesis, defendida por quienes lamentamos la muerte del Estado solidario a manos del Estado privatizador, se afianza con la escabrosa confirmación de que la división de poderes en Costa Rica descansa en paz. Y no es que estemos descubriendo el agua tibia, pues desde el fallo de la Sala Constitucional en 2003 en materia de reelección (a pesar de haber emitido criterio desfavorable en 2001), quedamos todos enterados de que, sin importar la esfera, “el que paga la música, manda el baile”. Sin embargo, lo que no había salido ta