¿Viernes negro? Mejor teñir de negro toda la semana
Ayer 25 de noviembre, los ticos vivimos por primera vez (según sé y recuerdo) la histeria colectiva y consumista del Viernes Negro. Y no es que sea primera vez que aquí en Tiquicia se oye la expresión o caemos en compras desesperadas, pero hasta este año el plano de esa compulsión era el virtual, e incluso Aerocasillas alquilaba salones en hoteles para recibir a todos sus feligreses.
Sin embargo, “esa jerga que a veces se quiere denominar ciencia, conocida como mercadeo” (Sandoval, 2011) movió sus tentáculos tras detectar la gran oportunidad que significaba implementar el Black Friday en el comercio presencial en Costa Rica. Así, desde malles abiertos hasta media noche hasta sorteos extraordinarios de chances, los ticos fuimos testigos de la locura de compras tradicional del día después de Acción de Gracias en Estados Unidos (y preparémonos, porque el año que viene de fijo va a imponerse el pavo ese jueves, con tal de justificar el “Brown Thursday”).
No obstante, a pesar del colonialismo cultural que esto significa (¿por qué no ponen las disque rebajas otro día, tal vez algún viernes en septiembre para el cierre del año fiscal?), lo que me llamó profundamente la atención es que ese “evento negro” tuviera lugar en la misma semana en que el país se nos paralizó por mil y una razones. Esto es, nos sobran motivos sociales, políticos, ambientales y económicos para decir que tuvimos “una semana negra” (mes, año, cuatrienio, década, etc.), pero todos quedan cubiertos bajo un oscuro manto de marketing acompañado de la llegada de la blanca nieve navideña y su falsa sensación festiva.
Por tanto, propongo un recuento de cinco razones (podría haber muchas más, pero veamos una por día según fueron aconteciendo), para teñir de negro toda la semana y, como digo siempre, para poner las barbas en remojo:
1) Lunes 21 de noviembre: La Sala Constitucional ordenó a las municipalidades no obstruir la instalación de torres celulares privadas pues consideró que “el Estado costarricense se comprometió a contar con infraestructura robusta, sólida y normalizada en materia de telecomunicaciones”. O sea, una vez más el tribunal constitucional le pasa por encima a la mismísima constitución y, so pretexto del "interés público", favorece intereses privados y, en este caso, anula la autonomía municipal. Lo que se les olvida a los señores magistrados es que la autonomía municipal tiene sustento constitucional, por lo que para obviarla o anularla, debe existir una norma de igual rango o superior. No un caprichito a conveniencia.
2) Martes 22 de noviembre: El 17mo informe Estado de la Nación fue contundente al afirmar que la Costa Rica actual resiente que la pobreza está estancada (21% de hogares) y que hay niveles crecientes de desigualdad y violencia social. "El país vive una situación límite, un tiempo de inflexión en su desarrollo humano sostenible, marcado por el deterioro institucional y por la imposibilidad del sistema político para adaptarse y responder a la población con entregas efectivas de un mayor y más equitativo bienestar social, económico y ambiental", advirtió el estudio. Un periódico de gran circulación incluso tituló “Falta de rumbo político acentúa desigualdad en el país”. ¿Así o más claro (palabra que ya no me gusta)?
3) Miércoles 23 de noviembre: El país tirado a la calle. Multitudinarias protestas protagonizadas por motociclistas, taxistas y vecinos opuestos al peaje en Ciudad Colón colapsaron el tránsito vehicular en el área metropolitana. Al mismo tiempo, huelga de anestesiólogos y de trabajadores de la Imprenta Nacional, así como las manifestaciones de quienes defienden la riqueza natural y la institucionalidad nacional y se oponen a la minera Infinito Gold. ¿Cadena nacional para referirse al tema? ¿Apertura del diálogo gubernamental con los sectores que se manifiestan? Nada, ni una palabra. Sólo se usa el cargo para que los antimotines le cuiden a uno la entradita a la casa. ¿Para qué entonces Ministro de Comunicación, de la Presidencia y hasta de la Leche Magnesia? Literalmente, mejor apague y vámonos.
4) Jueves 24 de noviembre: Las ferias del agricultor, ese supuesto último resabio del comercio sin intermediarios, del regateo y del intercambio auténtico, serán ahora escenario de promoción de las telefónicas privadas. Con bombos y platillos, la empresa “Claro” anunció que, como parte de su estrategia de mercadeo en Costa Rica (donde la telefonía era estatal hasta hace dos semanas), ubicará quioscos en plazas feriales a cambio de financiar campañas publicitarias para promocionar las ferias del agricultor del país. Increíble, nadie sabe para quién trabaja. Pensar que estos espacios representan (o representaban) un remanente de la esencia tica, del mercado abierto, del “ir a la plaza”. Aves de rapiña esas empresas telefónicas privadas, que a todo le echan el diente sin importar si implica desacreditar a un atleta tico como Nery Brenes o carnavalizar una tradición familiar de los fines de semana. Fuchi.
5) Viernes 25 de noviembre: Día internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Salvo las marchas del sector activista y algunas actividades del sector académico, acá en Tiquicia todo igual. Es más, por ser viernes, no nos faltan los pasquines que presentan mujeres como muñecas inflables, con más maquillaje que ropa y en poses de absoluta sumisión ante la mirada del macho dominante. A la vez, los mismos periódicos dan cuenta de una cruel agresión, esta vez entre mujeres, cuando una lanzó ácido a la cara de otra (educadora y madre soltera) por celos. En la página siguiente, se da cuenta de una privada de libertad de 23 años que se quitó la vida el día anterior supuestamente por un triángulo pasional con dos compañeras reclusas.
Además, las estadísticas (tan trágicas como frías) siguen reportando una triste verdad: el hogar es el principal lugar donde asesinan a las mujeres en nuestro país. Ese análisis, realizado por el Poder Judicial, también revela que la mayoría de víctimas tienen edades entre los 25 y 35 años y laboran en su hogar, donde precisamente les quitan la vida. Durante el año 2010, 52 mujeres fueron asesinadas en Costa Rica, y la mayoría (19) fueron homicidios vinculados con casos de condición de género.
Entonces, cuánto camino nos falta entonces por recorrer, cuán pendiente tenemos repensar el tema de la convivencia, el concepto de pareja, la masculinidad y la feminidad, pues la violencia de género (física, psicológica, patrimonial y gráfica) no cesa, y las imágenes distorsionadas de las relaciones entre géneros siguen permeando a las generaciones más jóvenes.
Así las cosas, esta es sólo una crónica muy breve de por qué no deberíamos reducir el motecito ese de “negro” a una estrategia comercial de fin de semana. Podemos también agregarle la fuga del borrador de la sentencia anti-minera a manos de un magistrado suplente / abogado defensor (¿dónde se ha visto?) y toda la matráfula de calumnias que los saca-oro desesperados han intentado para conseguir sus dorados fines (y se van a quedar con la gana), y podríamos entonces hacer todo un “mes negro”. ¿Enterados, señores mercadólogos auto-denominados “profesionales en ciencias sociales”? Cambio y fuera.
Comentarios
Publicar un comentario