El holocausto de la esencia


Hablando con Nadia, mi amiga prana, hoy encontré algo nuevo en la expresión "sin fecha de vencimiento" . Claro, mi eterno argumento de que al mercado hegemónico le sirve inculcar terror al tiempo, de forma tal que sólo lo nuevo, lo inmediato y lo adolescente sea valioso. Ahora, entonces, en el contexto de las personas.

Así, se extiende el concepto de "vida útil", propio de la industria manufacturera, a las personas y a las relaciones. Curioso. Perdón, curiosamente utilitario y espantoso. De hecho, en inglés, el término "vida útil" se traduce como "shelf life", o lo que sería como "máxima durabilidad en estante". En francés, existe la expresión "date de péremption", justamente el equivalente de "fecha de caducidad".

Entonces, al homologar esta expresión a las personas y a sus relaciones, se da por sentada esa naturaleza de objeto que constantemente se imprime al ser humano. Es decir, ¿cuál es el tiempo máximo de esta persona en el estante antes de pasarlo a la bodega o desecharlo? ¿Cuándo caduca esta relación (sea cual sea su naturaleza) para luego desecharla y, de facto, sustituirla?

Qué raro (al menos para mí). Porque, vamos a ver, está claro que la vida son ciclos y que todo termina (por la simple regla de que si hay un inicio, hay un final). Pero, de ahí a extrapolar que la gente tiene una vida útil tras la cual debe pasar al pasillo 8 porque en el 4 está lo que más se vende, hay mucho trecho.

Se sabe que este concepto lo manejan las aseguradoras, los bancos, las agencias de recursos humanos, pero obviamente su actividad gira en torno al famoso dinero. Sin embargo, ¿en la vida diaria, en el cotidiano, en las relaciones? Me parece simplemente un holocausto de la esencia.

A ver, a raíz de un no grato descubrimiento 2011, tengo claro que hay quienes se acercan a otros con un plazo específico y determinado en mente. Y aún así, prefiero pensar que esa visión cortoplazista es un hecho fortuito de no ver en la otra persona potencial para más, por la razón que sea, y no la actitud que algunos adoptan con todo aquel que encuentran a su paso.

Principalmente porque la vida es un eterno retorno (los ciclos) y no una línea recta. La gente se encuentra, se desencuentra y se reencuentra; las relaciones cambian, mueren y, a veces, resucitan. No hay fechas de vencimiento. No debería haber una presión con deadline para "vivir la vida" porque la vida se agota hasta que se acaba.

Precisamente por esa lógica, es que se sobrevaloran las actitudes que siguen los libretos al pie de la letra. El famoso "live life to the fullest". ¿Según quién? La respuesta suele ser según Hollywood y otras mecas de presupuestos sociales sin mayor contenido.

Entonces, los estereotipos tan cansones y tan falsos: el adolescente rebelde y desubicado, el adulto joven springbreaker party animal, el yuppie recién graduado, la pareja Kodak, la desperate housewife y el mid-life crisis sugar daddy, entre otras joyas. Lo más feo de esa "curva de Gauss de la vida cool" es que no sólo enlata, sino excluye.

No quiero. Por naturaleza, tengo afinidad por la gente mayor y, en general, por la gente que, sin tener poder ni plata, no se siente pobre. La que valora la vida sin apologías de ello, sin excusas de diván para perfumar sus yerros. Sin libretos ni checklists y sin necesidad de reafirmarse a cada paso. Vidas que producen, no sólo consumen; que dan, no sólo exigen o reciben. Esa gente, y creo que es la mayoría, no pareciera vivir con fecha de vencimiento.

No queman cada cartucho de su cuerpo, mente y alma para dárselas de genio. O, peor aún, de espíritus en fuga como muchos que, en realidad, son marionetas sin dueño. De los golpes se levantan, sin hacer mucho aspaviento. No se miden por anillos ni compiten por los récords. No le dan la vuelta al mundo para exhibirlo por Facebook. No buscan ser rutilantes estrellas del firmamento. No se esconden tras pretextos, no creen en cuentos de hadas y, mucho menos, se los fabrican por creer merecerlos.

Es gente de verdad, sin fecha de vencimiento.

Comentarios

  1. Rose, no puedo dejar de vermea mi mismo ante esta exposición tuya. No sé si lo hago al calor de los eventos recientes, pero de lo que has excrito en últimas semanas, este ha sido el texto con el que más me identifico y coincido en opiniones.
    Un abrazo, Mau

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