"Simón dice..."


Hoy quiero hablar de lo que dice Simón, pero no como en el juego que chiquillos tantas veces nos permitió "matar el rato", aunque ahora me de mal sabor de boca pensar que, justamente, ese es el juego que nos quiere imponer la clase gobernante.

Sin embargo, ante tantísimo atropello (pueblos indígenas, minería a cielo abierto en Crucitas, presupuesto público para las universidades estatales, entrada de militares gringos a suelo nacional y tristemente etcétera), hoy quiero hablar de un Simón cuyo nombre es sinónimo de emancipación. Hoy quiero hablar de Simón Bolívar.

Y, es más, para estar a tono con un hombre de proezas, voy a intentar una suerte de hazaña. Trataré de rescatar su pensamiento a la luz de tanta vejación e ineptitud en el gobierno. ¿Qué tal? ¿Usar a Bolívar para interpretar el circo Chinchilla Miranda?

No me linchen, pero creo que puede resultar, como mínimo, un ejercicio ameno el empatar algunas de sus frases más famosas con la nefasta gestión de la administración actual. ¿Les parece? Bueno, comencemos.

1) Simón dice "Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral."

Primero fue el aumentazo. A punta de sonrisitas estilo Guasón (ya decía mi abuela que la risa abunda en la boca de los tontos), intentaron triplicarse el salario para comprarse un par de camisitas.

 Aquel sainete penoso aún estaba fresco en la memoria cuando se vinieron las joyitas del "vacilón" del agua como derecho humano y, más recientemente, el desalojo a empujones de los hermanos indígenas.

En el ínterin, el presidente del legislativo tanteaba el toque del "diez con hueco" al decirnos que, cuando iba a descansar a su casita, de pronto vio un edificio y pensó que estaba más que bueno para trasladar ahí los tiliches legislativos.

Valga decir que es un "edificito" valorado en $25 millones, pero reportado a la Municipalidad en $8 millones (a ver, repasemos las tablas para ver la triple ganancia que se quieren echar a la bolsa).

Este mismo "prócer", fue el encargado de cerrar el plenario el martes 10 de agosto, so pretexto de que la Asamblea se encontraba en peligro ante la "presencia amenazante de los pueblos indígenas".

Ante esto, estimado re-diputado brumoso, no me queda más que pedirle que afine las antenitas de vinil y use la misma vehemencia y estimación del peligro para echar a empujones y patadas a la empresa minera que nos quiere sacar el oro a punta de cianuro. "Soque, primo, que pa' luego es tarde".  

2) Simón dice "De lo heroico a lo ridículo, no hay más que un paso".

Pasemos ahora al Ejecutivo. En tiempos del aumentazo, salió la señora muy oronda a decirnos que ejercería su poder de veto, pues jamás podría permitir que se aprobara cosa alguna que la beneficiara y porque el clamor popular había demostrado que el incremento era mayoritariamente repudiado.

No habían pasado ni dos meses y ella misma, por boquita propia, nos contaba cómo los súper militares gringos nos iban a librar del horror del tráfico de drogas y que, aunque la Constitución no permita estos patrullajes militares, "Chiquillos, no se preocupen, es por el bien de todos". ¡'Arajo!

Luego, y he aquí donde el cuentico del clamor popular se le desdibuja, nos sale con la belleza de que su gobierno no puede eliminar la concesión a la minera Infinito Gold, pues se expone a multas millonarias (y ahí dejo le dijo al vice que dijera un número de uno al infinito pa' estimar el monto). 

¿Entonces? ¿Y el discurso verde? ¿Y aquel decretito tan cosmético recién estrenadita, para decretar la moratoria en la minería a cielo abierto? ¿Y el respeto al clamor popular?

¿O será más bien, 'ñora, que lo que bien se aprende, nunca se olvida? Y como usted aprendió a la sombra del tirano palomino, ¿ahora pretende hacer el mismo tiro de la democracia en dictadura?

Porque parece que últimamente pretende aplicar al pie de la letra las receticas gringas de política pública que aprendió durante la Maestría. Muy lindas, sí, pero le paso un volado. Acuérdese que esas receticas igualan gobierno a administración pública e invisibilizan por completo el conflicto de posiciones e intereses.

No caiga usted en lo mismo o intente sacarle pecho a los más vulnerables, como los hermanos indígenas, a punta de matonadas  y enrostrándoles que no son prioridad. Como le dije a su amigo Villanueva, sáquele pecho a la minera, a los militares gringos, a la empresa china que quiere traer mano de obra a toda costa para llenarnos (todavía más) de concreto ahí por La Sabana.

Porque acuérdese que hay muchas formas de pasar a la historia y no necesariamente cubierta de gloria (ay, hasta me salió en rima). Y para quienes creyeron en su "Adelante" ("pecao" más negro), debe ser muy duro ver cómo se le ha salido absolutamente todo del canasto y contentarse con verla ir hacia adelante sólo en la romería.

Y, es más, permítame regalarle otra cuñita de Bolívar y que me parece que le cae como anillo al dedo:

"Llamarse jefe para no serlo es la peor miseria"  

3) Simón dice "Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos"

Y esta última va para nosotros, los que no somos gobierno.

Hemos visto ya las luces de que esta administración oligarca y la amenaza real de que el llamado Li-Li se perpetúe en el poder por incluso más de dos décadas (pues, ya el hermanito anda en plena campaña para el 2014), son hechos reales.

La bola, entonces, está en nuestra cancha. Pueblos enteros, aún más oprimidos han logrado cambios radicales por medio de la protesta organizada y la resistencia no violenta.

Tenemos ya los cimientos en los Comités Patrióticos y en otras figuras organizadas, así que es cuestión de tocar las puertas para hacernos oír, sin arrogancias intelectuales y sin recriminar (aunque nos cueste) a aquellos que han seguido creyendo en esta maraña de mentiras.  

Porque todos, en mayor o menor medida, nos damos cuenta de cómo anda la cosa, incluso aquella gente que lloraba de emoción ahora en mayo. Porque aunque, en palabras de Bolívar, "un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción", nunca es tarde para despertar y hacia ello vamos.

Una última frase del libertador y que ojalá se nos quede bien clara en la memoria:

""La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos, (...), porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía."

Él dice "individuo", pero acá sabemos que aplica para "hermano", "padrino", "mentor", "grupúsculo", etcétera.

¿Qué esperamos, ah?

En palabras futboleras, "A moverse, ¡carajo!"

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